Un reciente estudio que se ha llevado a cabo en la Universidad de Granada ha desvelado los efectos secundarios de la anestesia epidural en los bebés. En una población de 2609 niños que nacieron en el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, en Jaén, durante los años 2010, 2011, 2012 y 2013.
Dentro del estudio, y con el fin de evitar sesgos, no se incluyeron niños que hubieran nacido antes de la semana 37 de gestación o después de un parto inducido, tras cesárea electiva o cuando el embarazo hubiese sido considerado de alto riesgo por hipertensión, diabetes, enfermedad grave, toxemia, crecimiento intrauterino retardado, en caso de embarazo cronológicamente retardado, de ruptura de membranas, oligoamnios o polihidramnios.
- Su investigación, publicada en la revista Midwifery, señala que los bebés nacidos con epidural “necesitaron reanimación en un mayor porcentaje, requirieron en mayor medida ser admitidos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) neonatales e iniciaron en menor medida la lactancia materna de manera precoz”
- Los bebés nacidos bajo el efecto de anestesia epidural presentan un ligero descenso en el índice del test de Apgar (un examen rápido que se realiza al recién nacido para valorar su estado de salud general), tanto al minuto como a los cinco minutos del nacimiento.
- Además, los bebés nacidos con epidural necesitaron reanimación en un mayor porcentaje, requirieron en mayor medida ser admitidos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) neonatales e iniciaron en menor medida la lactancia materna de manera precoz.
Los efectos adversos de la epidural
Como explica la autora principal del estudio, la catedrática de universidad del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada, Concepción Ruiz Rodríguez, “la anestesia epidural es una de las diferentes alternativas utilizadas para aliviar el dolor en el parto. Actualmente es la estrategia mejor valorada por su eficacia, por lo que su uso se ha extendido de forma importante en los países desarrollados”.
Sin embargo, junto a las múltiples ventajas atribuidas a la analgesia epidural “también se han descrito una serie de efectos adversos, tanto sobre la madre como sobre el niño. Los efectos adversos descritos sobre el niño son atribuidos al efecto farmacológico directo, debido a la transferencia placentaria del fármaco administrado por vía materna, o a un efecto indirecto secundario, como consecuencia de los cambios fisiológicos que el fármaco produce en la madre, como son los cambios hormonales”, explica la experta.
No obstante, los datos son contradictorios y están en discusión por los profesionales sanitarios. Por ello, los autores de este trabajo se plantearon la conveniencia de estudiar el efecto de la analgesia epidural sobre distintos parámetros en el recién nacido.
Los datos obtenidos por los investigadores “demuestran que la analgesia epidural posee ciertos efectos adversos sobre el recién nacido, en los que es necesario profundizar”, señala Ruiz Rodríguez.
“Por ello, consideramos que es importante que tanto los profesionales sanitarios (obstetras y matronas) como las madres conozcan y tengan presentes dichos riesgos a la hora de tomar una decisión sobre su administración”, concluye la investigadora.
Cerebral: es la parte afectiva, emocional, donde se almacenan nuestras experiencias, recuerdos,expectativas… Los estímulos periféricos (físicos) activan a los centrales (cerebrales), y el conjunto da vida a la vivencia individual del dolor. Pero la principal característica del dolor en el parto es el RITMO. Aparece una alternancia entre dolor y no dolor, acción y pausa, contracción y expansión, aceleración y ralentización, malestar y bienestar. Es como el oleaje del mar. Es en esta alternancia donde reside el secreto de la posibilidad de una analgesia natural. Es un dolor intermitente con una dinámica individual, regulada por las necesidades de la mamá y el bebé.
En su centro se ha dado el caso de mujeres que llegan queriendo programarse una cesárea y al final, después de terminar el curso, muchas hasta piden parto natural no instrumentalizado y ¡muchas lo consiguen! ¿Cómo lo hacen?
Gran parte de mi trabajo con las mujeres consiste en desligar el concepto dolor de sufrimiento; el que entiendan la función del dolor en el parto y cómo gestionarlo, les doy herramientas para que lo lleven mejor, para que tengan confianza en su capacidad.
En mis clases y consultas les digo que debemos escuchar a nuestro cuerpo, confiar en él y en nuestra capacidad de parir; movernos y adaptar aquellas posturas en las que el dolor es menos intenso, se alivia;así protegemos nuestros tejidos, nuestro cuerpo, abrimos diámetros mayores para el paso de nuestro bebé a través nuestro; y protegemos al bebé de adoptar malas posturas y la excesiva presión sobre la cabeza, y así disminuimos el estrés y el riesgo de sufrimiento fetal.
Aprovechando esta importante noticia, rescatamos la que le hicieron a la matrona de nuestro centro, Sara Cañamero, sobre este tema en el diario ABC
¿Qué es exactamente la anestesia epidural?
La epidural consiste en la introducción de un anestésico local en el espacio epidural, de manera que las terminaciones nerviosas quedan bloqueadas. Es administrada por una anestesista a través de un catéter muy delgado que se introduce en la zona lumbar de la columna.
El objetivo es eliminar el dolor de las contracciones durante el trabajo de parto, y la anestesia epidural ha demostrado ser la técnica más efectiva en relación riesgo/beneficio.
¿Conlleva riesgos?
Sí, como todas las anestesias. No hay que olvidar que se trata de la inserción de una aguja y catéter en el espacio epidural (sistema nervioso); a través del cual introducimos diferentes fármacos que a su vez pueden provocar efectos no deseados.
Los riesgos pueden derivar tanto de la punción en sí, como de los efectos propios de los fármacos en el organismo de la madre y del bebé. Los efectos son los siguientes:
—Ralentización del proceso de parto o detención del mismo: un porcentaje muy alto de mujeres que opten por este tipo de analgesia necesitarán la administración de oxitocina intravenosa para poder mantener una dinámica de parto. (La oxitocina artificial también tiene, a su vez, sus riesgos)
—Pérdida de la capacidad para pujar: muchas veces la anulación de dolor, trae consigo una pérdida en la sensibilidad. Las mujeres no saben hacia donde dirigir su pujo, ya que no sienten la presión de la cabeza del bebé.
—Hipotensión arterial de la madre: la bajada de tensión arterial no sólo produce malestar en la mujer, sino que puede llegar a producir una bradicardia en el bebé (que se denomina riesgo de pérdida de bienestar fetal). Generalmente se maneja poniendo más líquidos intravenosos a la mujer.
—Pérdida de sensibilidad en la vejiga. La mayoría de las mujeres con epidural necesitarán sondajes vesicales intermitentes para ir vaciando la vejiga durante el parto.
—Escalofríos. Se pueden sentir durante el trabajo de parto y después del mismo.
—Cefalea postpunción (Dolores de cabeza). Suelen manifestarse cuando la aguja pasa del espacio epidural al intradural y pueden durar hasta una semana. Es recomendable beber agua y estar tumbada todo el tiempo posible. En algunos casos es necesario aplicar un parche hemático.
— Dolores en la zona de la punción. Son debidos a que la aguja atraviesa varias capas de músculo.
—Fallos de la analgesia epidural: no se sabe el motivo, pero en algunas mujeres no hace efecto, o puede que la analgesia se lateralice (de tal forma que el dolor se concentra sobretodo en la zona no dormida). Se suele mover el catéter o volver a intentar la punción.
¿Están las mujeres españolas, en general, bien informadas sobre la anestesia epidural?
Hoy en día gracias a internet la información está en manos de todo el mundo, sin embargo es importante saber qué fuentes se consultan, y ser un poco críticas con lo que se lee.
Se puede decir que a grandes rasgos las mujeres están bien informadas sobre la anestesia epidural, sobre todo de sus beneficios (parir sin dolor); aunque aún hoy estamos desterrando tanto en la consulta, como en las clases de preparación al parto algunos mitos y leyendas urbanas.
Es función de los profesionales que estamos en contacto con las embarazadas informar acerca de todas las técnicas a las que pueden ser sometidas el día del parto. Es fundamental que las mujeres cuenten con toda la información sobre los fármacos que se emplean en el parto, sus efectos tanto positivos como negativos (o no deseados). Y esta información debe ser veraz, sin prejuicios; con el fin de que sea la propia mujer la que pueda decidir libremente si ponerse o no la anestesia epidural, sin sentirse juzgada ni presionada por nadie.
¿Es posible parir sin tanto dolor sin ponerse la epidural? ¿Cómo?
Es triste ver como aún en la mayoría de los hospitales aún existe una dicotomía: o pares con epidural o pares con dolor (y “te aguantas”), no se contempla la analgesia no farmacológica, que realmente ha demostrado científicamente que funciona. Puede que sea por desconocimiento por parte de los profesionales, prejuicios o simplemente por falta de personal: las matronas que son los profesionales que acompañamos durante este proceso estamos saturadas y llevamos mucho tiempo pidiendo que podamos hacer el seguimiento de las mujeres en el parto, en relación 1:1 (una mujer con su matrona), para poder acompañar dignamente a las parejas.
La respuesta fisiológica al dolor es la de proteger al cuerpo de cualquier daño. El parto se considera un proceso fisiológico paradójico, ya que por definición ningún proceso dentro de la fisiología tiene que doler; pero, salvo en escasas excepciones, el parto duele.
El dolor en el parto tiene dos orígenes:
Físico:
• Cuello uterino (al dilatarse)
• Útero (al contraerse)
• Ligamentos, músculos del suelo pélvico (al expanderse)
• Labios mayores, menores, vulva (al abrirse)
• Comprensión de los nervios del plexo lumbosacro
Cerebral: es la parte afectiva, emocional, donde se almacenan nuestras experiencias, recuerdos,expectativas… Los estímulos periféricos (físicos) activan a los centrales (cerebrales), y el conjunto da vida a la vivencia individual del dolor. Pero la principal característica del dolor en el parto es el RITMO. Aparece una alternancia entre dolor y no dolor, acción y pausa, contracción y expansión, aceleración y ralentización, malestar y bienestar. Es como el oleaje del mar. Es en esta alternancia donde reside el secreto de la posibilidad de una analgesia natural. Es un dolor intermitente con una dinámica individual, regulada por las necesidades de la mamá y el bebé.
En su centro se ha dado el caso de mujeres que llegan queriendo programarse una cesárea y al final, después de terminar el curso, muchas hasta piden parto natural no instrumentalizado y ¡muchas lo consiguen! ¿Cómo lo hacen?
Gran parte de mi trabajo con las mujeres consiste en desligar el concepto dolor de sufrimiento; el que entiendan la función del dolor en el parto y cómo gestionarlo, les doy herramientas para que lo lleven mejor, para que tengan confianza en su capacidad.
En mis clases y consultas les digo que debemos escuchar a nuestro cuerpo, confiar en él y en nuestra capacidad de parir; movernos y adaptar aquellas posturas en las que el dolor es menos intenso, se alivia;así protegemos nuestros tejidos, nuestro cuerpo, abrimos diámetros mayores para el paso de nuestro bebé a través nuestro; y protegemos al bebé de adoptar malas posturas y la excesiva presión sobre la cabeza, y así disminuimos el estrés y el riesgo de sufrimiento fetal.