Dar el pecho puede resultar algo de lo más placentero pero también algo complicado si no haces las cosas bien desde el principio. Todo puede ser corregido pero para evitar tener problemas es importante seguir una serie de consejos que hoy te resumimos en esta entrada.
Comienza la lactancia durante la primera hora tras el parto. Es importantísimo porque en ese primer momento tras el nacimiento, tu bebé estará en un estado de alerta tranquila que facilita el contacto inicial con la lactancia. Pasado este tiempo, tu hijo entrará en un sueño profundo por intervalo de unas 6-12 horas, en el que te resultará difícil conseguir que se agarre al pecho.
2. Amamanta día y noche. Es la mejor receta para que tu pecho produzca leche suficiente. Así, durante las primeras semanas, tu hijo debería hacer unas 8-10 tomas cada 24 horas.
3. Asegúrate de que tu bebé succiona eficazmente. Una succión incorrecta se relaciona no sólo con una inadecuada producción láctea, sino además con otros problemas como la aparición de grietas o la retención de leche en la mama. Y para lograr que tu pequeño succione bien, tiene que estar bien colocado. Éstas son las claves: tripa contra tripa –es decir, su cuello no debe estar girado–; su boca a la altura de tu pezón –colócale sobre un cojín de lactancia para conseguirlo–, y buen acoplamiento boca-pecho –debe tomar el pezón y parte de la areola, su labio inferior estar vuelto hacia fuera, y no debes escuchar chasquidos durante la toma.
4. Acaba el primer pecho antes de colocarle en el segundo. Sólo así te asegurarás de que lo ha vaciado bien. Es importante para asegurar la buena producción láctea, y también para que tu pequeño tome la parte más nutritiva de la toma. Al principio, tu pecho le ofrece la leche más aguada para calmar la sed, y al final, la más rica en grasas y vitaminas.
5. Ofrécele el pecho a demanda. Olvídate del reloj y observa a tu hijo. Cada niño sigue su propio ritmo y algunos tienen apetito cada 2 horas, y otros harán tomas sin intervalos fijos. Además, ten en cuenta que hay bebés que vacían el pecho en 5-10 minutos, y otros que necesitan mucho más tiempo.
6. No le ofrezcas biberones de leche artificial o suero glucosado. Si la lactancia se establece correctamente, tu pecho producirá leche suficiente para alimentar a tu bebé. No necesita “ayuditas”. Con ellas, sólo conseguirás que tu pecho interprete que cada vez debe producir menos leche.
7. Evita el chupete. Especialmente los primeros 10 días, hasta que la lactancia esté bien establecida. Así, le evitarás la confusión con el pezón. Y es que la succión de pecho y la del chupete es diferente, y es posible que si le ofreces el chupete de forma precoz, al agarrarse al pecho intente hacerlo como lo hace a éste, con lo que la succión no sería efectiva.
8. No olvides que el pecho es más que alimento. La succión les tranquiliza y, por tanto, tu bebé no siempre pide el pecho porque tenga hambre. Tal vez, sólo necesite unos minutos de contacto piel con piel. No se los niegues.
9. Descansa y sigue una alimentación correcta. Sigue una dieta equilibrada, de unas 2.500 kcal, y duerme todo lo que te permita tu bebé. Como, sobre todo, en las primeras semanas pasarás parte de las noches en vela, procura dormir a ratitos durante el día, coincidiendo con las siestas que haga tu bebé.
10. Busca ayuda. Tu familia, tu pediatra y los grupos de apoyo a la lactancia son los pilares en los que debes apoyarte ante cualquier duda o dificultad con la lactancia.
Asesoramiento:
Adelina García, enfermera, consultora de lactancia materna certificada, presidenta de La Liga de la Leche en Euskadi y enlace profesional de La Liga de la Leche Internacional.