Durante el embarazo, es indispensable cuidar la alimentación de la futura mamá. La evidencia científica relaciona las carencias nutricionales durante el período fetal e infantil con efectos a largo plazo en la salud. El pescado es muy saludable por su rica composición nutricional: ácidos grasos, proteínas, selenio, yodo y vitamina D. Sin embargo, su consumo también puede ser una fuente de exposición a contaminantes ambientales: metales pesados (mercurio), bifenilos policlorados (PCB) y dioxinas.
Entonces ¿es recomendable consumir pescado durante el embarazo?
En un importante estudio se han evaluado los efectos del consumo regular de pescado sobre el crecimiento fetal y la duración de la gestación. Los investigadores midieron en 150.000 parejas madre e hijo (de 29 estudios de cohortes de nacimiento en Europa) el consumo de pescado semanal, relacionándolo con la duración de la gestación y el peso al nacer del recién nacido. Los resultados mostraron que;
- los recién nacidos de mujeres que consumieron pescado más de una vez a la semana tenían un mayor peso al nacer, en comparación con los recién nacidos cuyas madres consumieron pescado menos de una vez a la semana.
- las mujeres que habían consumido pescado más de una vez a la semana tenían un riesgo menor de tener un parto pretérmino.
En conclusión, el estudio determinó que el consumo de pescado durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto en desarrollo. Las mujeres embarazadas deberían consumir pescado al menos dos veces por semana, pero no cualquier pescado. Es importante elegir aquellos más saludables: boquerones, sardinas, pequeñas caballas, jureles… pescados azules de tamaño pequeño con gran contenido en ácidos grasos omega 3. Y conviene evitar: el pez espada, emperador, cazón, atún rojo, bonito… pescados azules de gran tamaño y altos niveles de mercurio.