A pesar de lo mucho que las mujeres leen hoy en dÃa, muchas no reconocen la depresión post parto si ésta les sucede a los dÃas o semanas de nacer su bebé. Es bastante común que, encima, se sientan culpables por sentir rechazo, llanto continuado o sensaciones que las hacen estar raras. Por eso queremos recordaros la importancia de no estar solas, de hablar, de saber. Ser madre es un reto apasionante pero no exento de dificultades y las depresiones postparto a veces son demasiado duras. Es importante que la mujer recurra a ayuda. Bien a su matrona o bien a su médico de familia para explicar qué le está pasando sin miedo y sin vergüenza.
Hoy os queremos compartir un artÃculo publicado en ABC sobre este tema.
¿Dónde pueden estar los orÃgenes de tanta depresión post parto? ¿Tendrá que ver con el modelo de sociedad que vivimos?, ¿pasa esto en otras culturas? Para Carmona hay un hecho irrefutable, un hecho doloroso que es que «las mujeres estamos muy solas en la maternidad ya que vivimos en una sociedad donde por un lado se sacraliza la maternidad y la función materna y por otro se ningunea e incluso se sabotea. Es decir, nuestra cultura encumbra a la madre pero no apoya ni da valor a la maternidad», reflexiona la psicóloga.
«De hecho, recuerda, las empresas no quieren mujeres en edad de quedar embarazadas, la escasez de la licencia por maternidad es insultante, hay un vacÃo a nivel de apoyos y redes que hagan a la recién parida sentirse contenida». Además, sostiene la experta, nuestra cultura «no dispone de ninguna acción especÃfica que dote de significado a la maternidad ni proteja un estado vital de gran vulnerabilidad, como es el puerperio».
Hay una realidad insoslayable y es que la mayorÃa de las mujeres se enfrentan solas y con una información escasa y deformada de lo que va a pasar cuando sean madres. Olga Carmona reconoce que «en los famosos cursos de preparación al parto no se trabaja con la parte emocional, no se nos prepara ni remotamente para el revolcón vital que va a suponer en la vida y en el cuerpo de una mujer, traer un hijo al mundo. Se habla de curar ombligos, de la temperatura del agua del baño, de las respiraciones en el parto, todo muy logÃstico. En cuanto al apoyo que recibimos, con suerte tendrás una pareja que sepa cómo apoyar o una madre que no trate de sustituirte en tu nuevo rol. Con alta probabilidad de sentirás entre invadida, decepcionada y sobre todo sola frente a una responsabilidad que te desborda y un desajuste de hormonas corriendo por tu torrente sanguÃneo».
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