A las primerizas…y a las que repiten, os contamos este divertido artículo que la revista Ser Padres ha publicado
¿Qué ha sido eso? La primera vez es solo un tierno cosquilleo y al asombro inicial le sigue pronto la certidumbre: ‘¡Mi bebé se mueve!’. Para toda futura madre, sentir al bebé por primera vez es un momento increíble, porque de pronto experimenta de forma totalmente directa que en su vientre vive y crece un pequeño ser.
¿Qué personalidad tendrá tu bebé?
Aunque el desarrollo fetal es similar en todos los niños, durante el embarazo cada bebé se mueve de una manera diferente. Que tu hijo de pataditas muy fuertes, ¿significa que va a tener un carácter de armas tomar? Si sus pataditas son como tiernas caricias, ¿te espera un bebé apacible? No es tan fácil, ya que en el desarrollo de la personalidad desempeñan un papel fundamental aspectos como la socialización, la familia, los amigos o la educación.
Sin embargo, cuando la embarazada siente los movimientos de su hijo, se hace una idea de cómo podrá ser cuando nazca. ¿Una fierecilla o un tranquilote? ¿Curioso y activo o un bebé sereno que prefiere chuparse el dedo tranquilamente?
Al final, el movimiento del bebé es el único punto de referencia sobre el carácter que podría esconderse en tu vientre. Quizá el bebé que esperas se parece a uno de éstos:
El Rambo
Muchos niños son muy activos desde antes de nacer: pisan y dan empujoncitos constantemente a su mamá, y pueden provocarle incluso dolor. Quizá el niño sea realmente un pequeño “veterano de guerra” y siga siéndolo cuando llegue al mundo. Pero también es posible que un bebé inquieto en la tripa de su madre se convierta al nacer en el lactante más pacífico de todos los tiempos. No hay una regularidad en el fenómeno.
Con frecuencia, la actividad del feto no es tanto una expresión de su carácter como una reacción al estilo de vida de la madre. Quizá acabas de discutir con tu pareja o andas liadísima en el trabajo. Los científicos han descubierto que una fuerte descarga de adrenalina tiene efectos en el feto, porque esta hormona del estrés llega por el cordón umbilical directamente al niño. La consecuencia: el peque da vueltas en la tripa.
El sensiblón
Muchos niños reaccionan en el útero de su madre de forma extremamente sensible a las influencias del entorno. Puede que el bebé desaparezca durante horas, o incluso durante un día entero, en el rincón más posterior del vientre y no se mueva. Quizá el concierto de rock le resultaba demasiado ruidoso o le ha llegado el ánimo de la madre, que llora por la muerte de un ser querido.
Muchos análisis médicos muestran lo finas que son las “antenas“ del feto. Se ha comprobado incluso que se puede influir en su actividad con música a bajo volumen. La mayoría de los bebés se tranquilizan con música armónica y lenta e incluso se ralentiza su movimiento y las pulsaciones cardíacas, lo que demuestra su sensibilidad a determinados estímulos externos.
Para ti, futura madre, es importante seguir con atención lo que sucede en tu tripa. Confía en tu intuición y descubre por qué tu bebé ahora no tiene ganas de moverse, puede deberse motivos totalmente inofensivos. En unos pocos casos, sin embargo, puede existir un motivo grave, como una malformación o un insuficiente suministro de oxígeno o nutrientes al niño. A la primera intuición negativa, acude al médico cuanto antes.
El cabezota
Muchos bebés demuestran ya durante el embarazo la insistencia en cumplir sus propios deseos. Por ejemplo, están muy espabilados cuando la madre se tumba cansada en la cama y… ¡adiós al sueño! Al contrario, no hacen el más mínimo movimiento cuando quieres mostrar a tu mejor amiga o al futuro papá sus pataditas.
Sin embargo, estos ‘actos de rebeldía’ no tienen por qué ser indicativos de un niño testarudo. Por ejemplo, los científicos han encontrado una explicación plausible par la actividad nocturna: todos los fetos disfrutan, entre las 21 y las 24 horas, de una fase de vigilia vinculada, al parecer, a la producción de cortisona de la madre. Esta hormona aumenta el sueño de la madre, pero despierta al niño. Así que no hay que sorprenderse si el niño juega sin parar mientras la madre intenta dormirse.
¡Establece contacto con tu bebé!
Sea como sea tu bebé, si cada día te tomas un poco de tiempo para prestar atención a tu tripita, sentir a tu hijo en silencio y tranquila, atender a sus movimientos y seguir tu intuición, tendrás la oportunidad de conocerle un poco mejor antes de que nazca.