Es una gran discusión pero lo cierto es que para los bebés lo mejor es dormir sin almohada. Aquí os dejamos un interesante artículo de Guía Infantil escrito por Cristina González.
Para los adultos dormir sin almohada nos parece casi impensable pero el uso de ésta en bebés está totalmente contraindicado. Físicamente su cabeza es mucho mayor que su cuerpo por lo que no los bebés tienen esa necesidad de usar la almohada para poder descansar de forma placentera durante el sueño.
Aunque la mayoría de los juegos de sábanas tanto para la cuna como para el cochecito de paseo incluyen funda para la almohada está comprobado que su uso en los bebés es muy perjudicial pudiendo provocarles incluso la muerte.
3 razones por las que el bebé no debe usar almohada para dormir
¿Por qué el bebé no debería utilizar almohada para dormir? Hay 3 razones de peso para ello:
1- Puede provocar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, ya que si ponemos almohada al bebé y se pone boca abajo durante el sueño, no será capaz de darse la vuelta, provocando su asfixia. De igual manera ocurre con cojines o peluches que deben evitarse en el lugar de descanso del bebé.
2- El uso de la almohada impide una alineación natural de la espalda del bebé ya que se fuerza la curvatura natural del cuello, porque tienen un cuello pequeño y la cabeza es proporcionalmente más grande que el resto del cuerpo.
3- Al bebé le resultaría muy incómodo dormir con almohada lo que perjudicaría su descanso.
Para los bebés que necesitan dormir incorporados por problemas respiratorios, o por alguna enfermedad por reflujo gastroesofágico se recomienda elevar el colchón para permitir que la cabeza y el tronco superior estén más elevados que el resto del cuerpo, evitando así el uso de almohadas.
Cuándo pueden usar los niños almohada
Los pediatras, salvo los cojines para la plagiocefalia postural, que están adaptados a los bebés, recomiendan evitar el uso de la almohada hasta los dos años de edad, y a partir de esa edad aconsejan utilizar almohadas muy finas de baja altura, que sean de la misma longitud de la cama y que incorporen fundas para poder lavarlas a menudo.
Desde el punto de vista fisiológico, lo más adecuado es que el niño utilice almohada cuando sus hombros sean más anchos que su cabeza, de esta manera, su cabeza, cuello y espalda estarían alineados.
En cualquier caso, hay niños que tienden a moverse mucho durante el sueño, por lo que la almohada puede quedar encima de su cabeza e impedir que respiren adecuadamente. En estos casos, lo más recomendable es que duerman sobre el colchón sin la ayuda de una almohada para levantar su cabeza.