Una mujer ha muerto después de practicarle una cesárea. Los responsables del hospital eluden su responsabilidad pero la familia de la mujer no está de acuerdo. Surge de nuevo el debate. Isabel Fernández del Castillo cuenta en su blog esta gran diferencia entre negligencia obstétrica o encarnizamiento médico. Creemos imprescindible su lectura y lamentamos profundamente la muerte de esta mujer.
Cuando en medicina algo sale mal porque no se ha intervenido a tiempo en una situación de riesgo, se habla de “negligencia” médica.
A menudo, cuando algo sale mal en la atención al parto, también se suele hablar de negligencia. Sin embargo, es muy importante escoger bien las palabras:
- Una cosa es no detectar y resolver a tiempo una situación de riesgo por falta de atención y cuidados = negligencia
- Otra muy distinta es causar un notable aumento del riesgo mediante procedimientos innecesarios y cruentos (encarnizamiento) y además, no estar en situación o en disposición de afrontar el incremento del riesgo asociado a tales intervenciones innecesarias En ese caso estamos en una situación de encarnizamiento + negligencia.
En obstetricia, cuando se habla de negligencia, en realidad en muchos casos se trata de situaciones de encarnizamiento, a veces seguidas de falta de atención a las consecuencias (negligencia), y en otras ocasiones seguidas de más encarnizamiento para tratar de resolver la situación creada.
No hablo de esas situaciones en las que a pesar de trabajar con la máxima profesionalidad y todo el cuidado las cosas van mal por problemas anteriores o complicaciones imprevisibles (algo imposible de evitar al 100%), sino de las complicaciones generadas por trabajar en contra de la naturaleza e intervenir sin necesidad en un proceso autorregulado y necesitado de unas condiciones propicias.
En obstetricia, muchas de las intervenciones de rutina, o aplicadas sin necesidad o como consecuencia de las condiciones disuasorias creadas en el paritorio pueden ser calificadas como encarnizamiento médico. En muchos casos se debe a una visión del parto medicalizada y que no tiene en cuenta las necesidades de la mujer y el hecho de que el parto es un acontecimiento involuntario y que sucede por sí mismo si se permite) En otros casos son porviolencia obstétrica gratuita.
Las cesáreas innecesarias son un caso claro de encarnizamiento médico, y no olvidemos que en nuestro país las tasas de cesáreas están muy por encima de lo que la Organización Mundial de la Salud considera aceptable. Una cesárea multiplica por 4 el riesgo de muerte materna. Si es innecesaria, es un riesgo gratuito e injustificable. A veces su necesidad es consecuencia del aumento del riesgo causado por intervenciones innecesarios. Si además el hospital o los profesionales no están en situación de resolver ese incremento del riesgo por los motivos que sean, nos encontramos con un riesgo de complicaciones aumentado artificialmente + una situación de negligencia que puede derivar pérdida de útero, daños para la madre o el bebé o en muerte. Si hay recortes de personal o de medios, razón de máspara brindar una asistencia que reduzca al mínimo la necesidad artificial de intervenir de urgencia.
Sin hablar de casos nacionales recientes, merece la pena recordar que Estados Unidos, el país con la atención más medicalizada del mundo, tiene también una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo “civilizado”.
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