Por extraño que te parezca, todos los veranos fallece uno o más menores porque sus padres los olvidan dentro del coche. Es incomprensible, sí, pero pasa. Te contamos hoy lo que publica el ABC en su sección de familia.
A muchos les puede resultar exagerado que los padres se olviden de su hijo en el coche. Pero ocurre cada año, como advierte los pediatras de Atención Primaria de la Sepeap que una vez más recuerdan a todos la necesidad de prevenir y extremar la prudencia a la hora de transportar a los niños en el coche.
En la mayoría de las ocasiones, se trata de niños de entre 1 y 5 años, atados en la silla de seguridad del asiento trasero del automóvil, los que son víctimas inocentes del olvido de sus familiares o cuidadores. El cambio de rutinas o hábitos como el final del colegio o una circunstancia inesperada pueden desencadenar la tragedia. Incluso los padres más preocupados pueden tener momentos de distracciónrespecto a los hijos, sobre todo cuando son muy pequeños, por el estrés que afrontan ( conciliación de la vida laboral y familiar, pocas horas de sueño…). Esta desgracia sucede a personas de todos los niveles socioeconómicos y educativos. Ocasionalmente puede deberse atravesuras de los menores, que sin supervisión, y con el objetivo de imitar a sus progenitores, juegan a conducir, y se quedan encerrados.
Los niños tienen más riesgos
En condiciones normales la temperatura corporal se mantiene entre 36º-37ºC, independientemente de la temperatura exterior. Los mecanismos encargados de la regulación de la temperatura corporal en los niños menores de cinco años no son tan eficaces como en los adultos, por tres motivos principales: tienen proporcionalmente más superficie corporal (acumulan más calor), su cuerpo contiene más agua y tienen menos autonomía para beber (se deshidratan fácilmente). Todo esto contribuye a un mayor riesgo para desarrollar un golpe de calor en un corto periodo de tiempo, y más grave que en el adulto, pudiendo producir la muerte en poco tiempo.
A temperaturas ambientales relativamente frescas, el aumento de la temperatura en los vehículos es significativo en días claros y soleados y pone a los menores en riesgo. Los vehículos se calientan rápidamente, dentro de los primeros 15 a 30 minutos al sol.Por ejemplo, un día de 36°C, un coche con puertas y ventanas cerradas, aumenta hasta los 67°C en 15 minutos (este aumento es menor en coches de colores claros y monovolúmenes). Con las ventanillas bajadas 5 cm, se alcanza una temperatura interior de 50ºC, que sigue siendo muy alta. Un niño en el interior de un coche aparcado al sol en verano y sin ventilación puede alcanzar los 42 o 43 grados de temperatura corporal y morir en el plazo de 30 a 60 minutos.