Cada año, por desgracia, muere algún niño en España por culpa de ahogamiento. Sabemos que siempre estáis pendientes de vuestros hijos pero desde Más Natural queremos recordaros algunas pautas para poder reforzar siempre las medidas de seguridad.
En primer lugar, los niños nunca deben estar solos cuando se bañan. De hecho nadie, ni siquiera un adulto, debería estar solo cuando se baña en el mar o en la piscina. Un calambre, un desvanecimiento, cualquier cosa puede hacer que hasta el más experto nadador, se ahogue. Así que mucha más razón un niño que sabe nadar pero puede perder las fuerzas.
Hoy en día la normativa en las piscinas comunitarias exige que existan socorristas. Aún así, no dejes a estos profesionales la vigilancia de tus hijos. Bastan 2 minutos para que un niño se ahogue. Mantén siempre la vigilancia y nunca te vayas del recinto si tus hijos están en el agua.
En la playa haz caso de las banderas y de las indicaciones de los socorristas. Si hay bandera roja, ¡no te bañes ni dejes bañar a los niños! Las resacas del mar con sus corrientes pueden traer consecuencias muy dolorosas.
No hay unanimidad en la comunidad científica sobre si existe o no el corte de digestión. Lo que sí está claro es que los cambios bruscos de temperatura pueden generar un desvanecimiento. Cuando empezamos a hacer la digestión, aproximadamente veinte minutos después de terminar de comer la zona alrededor del estómago eleva su temperatura por lo que meterse en una piscina de agua fría hará un choque de temperaturas. Si no quieres esperar, entonces es bueno que te refresques o refresques al niño poco a poco: nuca, frente, muñecas, barriga…
El sentido común es básico a la hora de bañarse con los niños. Así que recuerda siempre que un minuto de despiste puede traer graves consecuencias.