En Más Natural llevamos veinte años escuchando historias de partos y un poquito de experiencia ya hemos acumulado. Si no tienes hijos es muy probable que cuando una mujer acabe de dar a luz, sea tu amiga, prima, hermana o compañera del trabajo… enseguida quieras ir a verla. Y es que está muy instaurada esa costumbre de ir al hospital nada más nacer el bebé. Y esto no es bueno del todo y te contamos por qué.
Antes de nada queremos dejar claro que estas son unas ideas y que no todo el mundo las aplica a rajatabla. Es más, hay madres que desean con todas sus fuerzas ser visitadas. Salvo que te lo pidan expresamente, lee esto con calma.
Tener un hijo es un acontecimiento tan importante en la vida de unos padres que los primeros momentos deben ser vividos con la calma y la paz que proporciona la intimidad. Una habitación con 10 personas, todas hablando y opinando, es justo lo contrario a eso.
La mami, después de dar a luz, está cansada. Ha hecho un tremendo esfuerzo y necesita descansar. Si ha sido cesárea, entonces ya ni hablamos de la necesidad de descanso e intimidad que necesita. Cuando ha habido cesárea, la mujer llevará una sonda durante al menos 24 horas, las enfermeras entrarán a hacerle curas…en fin, cosas que mejor que sucedan con la gente imprescindible que suele ser la pareja o la madre o hermana de ella.
El bebé ha llegado a un mundo que le es extraño. Estaba tan a gusto dentro del útero de su mami y ahora resulta que tiene frío, a veces tiene hambre (una sensación totalmente nueva para él) no ve muy bien, hay mucho ruido…en fin que lo mejor para él, como siempre os repetimos en los cursos, es que esté en bracitos de mami, muy pegadito al pecho para que la lactancia vaya como la seda. El bebé sobre el pecho de la madre, sobre todo si es piel con piel, hará que sea más fácil y más rápido que la hormona de la lactancia, la prolactina, haga su trabajo, es decir, producir la leche. Si hay mucha gente en la habitación, constantemente entrando y saliendo, queriendo coger en brazos al bebé, dándole consejos a la madre…este proceso natural se verá molestado.
Las hormonas de la madre están al 100%. Si fueran visibles, la madre estaría rodeada de estrellitas. Esas hormonas, que hacen posible el enamoramiento de madre-bebé, también la hacen en ese momento una persona muy sensible a las críticas y lo que tú puedes decir con toda la buena intención del mundo, puede no estarla ayudando.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Si quieres felicitar a la mamá, hazlo, pero plantéate la posibilidad de hacerlo vía wassap o sms. Así ella se pondrá en contacto contigo en el momento más adecuado.
Si eres una amiga, eres la hermana o la cuñada, un grandísimo favor que puedes hacer es hacerle comidas ricas que pueda congelar y llevársela a su casa. O se la das a su pareja para que la meta en la nevera. Así, cuando llegue a casa tendrá una tarea menos que hacer y te lo agradecerá un montón.
Si la mami no tiene ayuda doméstica en casa, entre varias amigas le pueden regalar pagar a una persona que acuda al domicilio a hacer las tareas más gordas como limpiar la casa, planchar…¡Ése es otro gran regalazo!
Deja pasar unos días desde que llegue a casa para ir a verla. Y si no te aguantas y vas antes, entonces lleva cosas útiles, como la merienda que os vais a tomar, algo para el bebé o…¡sorpréndela y llévale algo a ella como una crema o algo para su cuidado!
Si no te pregunta, creemos que es mejor no hacer comentarios sobre cómo harías tú las cosas. Si ella las está haciendo así y no pide opinión, es que lo tiene claro.
No te empeñes en coger en brazos al bebé si no ves muy dispuesta a la madre. Y, por supuesto, si lo haces o le tocas las manos o la carita, lávate previamente las manos.
Si eres fumadora, no fumes antes de ir. El tabaco se queda impregnado en tu ropa, pelo…y es muy desagradable para un recién nacido.
Generalmente a las madres les gusta estar con sus bebés recién nacidos, es una necesidad muy mamífera. Aunque si la ves agobiada puedes plantearle si quiere que te lleves al bebé a pasear y así ella mientras duerme un poquito, o también si le apetece que vayas a comprarle unas naranjas o algo, lo que sea.
Cuando una ha tenido hijos, la barriga no desaparece por arte de magia. Suele tardar unas semanas o incluso meses hasta que vuelve a su ser. Es posible que ella se sienta incómoda e impaciente de recuperar su figura, si es así recuérdale lo bonita que está desde que ha sido madre.
Sobre todo la recién parida es una mujer que necesita ser escuchada, mimada y atendida. Frases tipo, ¿cómo estás?, ¿necesitas algo?, ¿Cómo puedo ayudarte?, ¿estás bien? son muy útiles. ¡Úsalas!
Así que recuerda:
Espera a ir a verla hasta que te de señales de que desea ser visitada.
Ofrécete para ayudarla con todo lo que esté en tu mano.
Intenta que tus comentarios vayan enfocados a que se sienta segura de ella como mujer y como madre.
Muchos mimos y mucho amor.
Anímala a valorar su cuerpo, que le ha permitido gestar a su bebé, y a que entienda que ahí está la verdadera belleza. Poco a poco volverá a recuperar su figura, y lo más importante: a partir de ahora su cara siempre estará iluminada por una bellísima sonrisa.
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