Principales cuidados del recién nacido

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Los días tras el parto, en el hospital, el bebé duerme casi todo el tiempo, y si hay algo que hacerle, suele encargarse el personal sanitario. Al llegar a casa con el recién nacido, muchas veces asaltan las dudas sobre cómo y cuándo realizarle los cuidados esenciales. En Más Natural queremos daros las pautas básicas del cuidado del bebé, para que lleguéis en calma a vuestro hogar.

 

  1. El cordón umbilical: se seca y cae en unos diez días. Mientras tanto, hay que mantenerlo seco y saludable. En el hospital os darán las pautas: curas diarias con alcohol de 70·, clorhexidina o simplemente agua y jabón. La OMS concluyó que no hay evidencias significativas usando un método u otro. En cualquier caso, es importante no usar povidona yodada y acudir al pediatra si supura o huele mal.
  2. La zona del pañal: hay que limpiarla al menos una vez al día con agua y jabón, y si son más mejor. Si no hay irritación no hay que poner nada. Si se irrita, utilizad pasta al agua hasta que la zona recobre su aspecto saludable.
  3. La hora del baño: no es necesario bañar todos los días al bebé, ni a la misma hora. Bañarlo en exceso puede eliminar la protección natural de su piel y resecarla. Cada dos o tres días es suficiente. En casa descubriréis si el baño relaja a vuestro bebé, o todo lo contrario, y determinaréis qué hora es la que os conviene. Secadlo muy bien, sobre todo en los pliegues.
  4. La hidratación corporal: Los primeros días, si el bebé cambia la piel y se “pela”, es recomendable. Pero después, si la piel del bebé no se irrita o reseca, no necesita nada.
  5. Las uñas: Se le cortarán cuando las tenga largas y pueda arañarse. Tradicionalmente se indicaba después del primer mes, pero si sucede antes también hay que cortarlas, con mucho cuidado y tijeras de punta redondeada o usando una lima.
  6. La nariz: si el bebé tiene mocos y le cuesta respirar, le ayudaremos echando suero fisiológico, gota a gota, en sus orificios nasales. Así la mucosidad se diluirá.
  7. La costra láctea: es una dermatitis seborreica propia de los lactantes que no produce síntomas, así que no es necesario retirarla. Podemos hacerlo con aceite (de oliva o almendras, por ejemplo). Se aplica en la cabecita y se deja actuar media hora, después se masajea con mucha suavidad, y las costras saltan.