Que la industria alimentaria utiliza sus trucos para vender, es una realidad. Y es lícito el uso del marketing, lo que ya no parece tan lícito es que para obtener ventas, se mienta. Una conocida marca de alimentación acaba de sacar unas infusiones al mercado para que las madres lactantes produzcan más leche. Y aprovechando la coyuntura de dicho lanzamiento al mercado, queremos repasar una premisa fundamental para las futuras mamis o aquellas que lactan y tienen dudas: para obtener más leche lo que tiene que pasar es que el bebé succione, es decir, que mame. Lo que sí es cierto es que para que la mamá esté bien, necesita comer bien y beber líquidos, agua, tisanas…pero no para producir leche sino porque cualquier ser humano para vivir necesita alimentarse. Y, si has dado el pecho sabrás que es muy común que cuando lo estás dando, tienes sed. Es una manera que tiene el organismo de recordarte la necesidad de que estés hidratada. Pero no con una tisana que te va a hacer producir más leche, si no con agua que es con lo que las personas nos solemos hidratar.
La lactancia es un proceso fisiológico perfecto dentro del cuerpo de la mujer. Si bien es verdad que existen mujeres que sufren de hipogalactia (ausencia de leche) son excepciones rarísimas. Lo normal es poder amamantar a tu hijo sin ninguna dificultad. Lo único que necesitas es estar bien informada y saber que los mitos que vas a empezar a escuchar son eso, mitos.
La producción de leche no mejora porque bebas cerveza (aunque sea sin alcohol), ni porque tomes determinados alimentos. La lactancia es un proceso de dos, mamá e hijo que se complementan a la perfección. La leche sale en función de lo que el bebé succiona. De ahí que sea tan necesario para no interferir en ella que no se dé un biberón de “ayudita” Cuando haces eso el cuerpo interpreta que el bebé necesita menos leche y, por lo tanto, produce menos. De hecho, cuando una madre, por las razones que sea, decide destetar a su bebé, la forma menos traumática de hacerlo es, justamente, dejando de ofrecer pecho de manera gradual para que el bebé poco a poco se vaya acostumbrando a otras maneras de alimentarse y la madre no sufra una mastitis por acumulación de leche.
Así que recuerda que no existen fórmulas artificiales para producir más leche. La mejor fórmula es tener cerquita a tu bebé, especialmente al principio, para que mame cada vez que él quiera (nunca jamás imponerle horarios de cada tres horas) y lo que quiera. Esa es la mejor manera de establecer de forma correcta la lactancia.
Recuerda como dice Carlos González en su libro Un regalo para toda la vida que el pecho funciona como un grifo, no como una cisterna, es decir que cuando abres el grifo, sale agua siempre mientras que la cisterna,una vez que has tirado de ella necesita un tiempo para llenarse. Eso no sucede con el pecho. Así que confía en ti y en tu capacidad de amamantar a tu bebé. ¡Llevamos 400.000 años haciéndolo!
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