Antes de comenzara relatar el nacimiento de mi hijo Álvaro me gustaría dar las gracias a “Más Natural” y en particular a Cristina. No solo por toda la información tan útil y tranquilidad que me proporcionó en esas semanas previas sino también por toda la dedicación, cariño y ayuda que me ofreció después del parto. No he conocido a muchos profesionales con esa pasión y dedicación por su trabajo. Desde siempre he temido las agujas, los análisis de sangre y todo lo que fuera hospitales.
¡Me he llegado a desmayar con una vacuna! Antes de quedarme embarazada me interesé por “el parto natural”. Tras varios libros y la información de amigas matronas que trabajaban en Inglaterra estaba decidida a ir a por todas. Antes de haber tenido toda esta información solo escuchaba experiencias de parto bastante desagradables y descripciones de situaciones que daban escalofríos así que no podía imaginarme un parto simplemente “bonito”. Había escuchado hablar mucho del “hypnobirthing”, que es una preparación con hipnosis al parto. En España desafortunadamente no es algo común pero en países como USA es el pan de cada día.
Hice cinco sesiones con un psicólogo que está realizando un estudio para que algún día los hospitales de Madrid lo integren como una opción a la preparación al parto. En mi caso estas sesiones junto con los libros y el curso en “Más Natural” sirvieron para darme tranquilidad y sentir el proceso como algo muy natural y no tanto como algo doloroso e inaguantable (como se ve en las películas y nos cuentan algunos amigos!). Sobre las 23.30 empecé con contracciones cada 3-‐4 minutos pero eran llevaderas, más parecidas a dolores menstruales que a otra cosa. A la 1 AM rompí aguas en casa y tras los consejos de Cristina evité ir al hospital inmediatamente ya que las aguas eran claras y no había mayor complicación. Mis contracciones de pie eran cada 3-‐4 minutos y sentada cada 10min. También eran mucho mas fuertes ahora y recuerdo pensar que si esto eran “pródromos” no quería saber lo que sería el parto. Estuve prácticamente toda la noche dándome paseítos por la casa para ayudar la dilatación pero el cansancio me pudo y me quede dormida un par de horas. Al despertarme esas contracciones se habían espaciado mucho (cada 10-‐15 min.) y siendo madre primeriza no me atreví a quedarme en casa mucho más tiempo.
Eran las 9.30 de la mañana cuando llegué al hospital Nuevo Belén. Para mi sorpresa cuando me examinó mi ginecóloga, Ana Suárez, me dijo que estaba solo de 2 centímetros. Fue una decepción pero ya sabía que esto era un proceso largo así que me puse a dar paseos y a subir escaleras. Anduve desde las 10 hasta las 4 de la tarde y subí 40 pisos…no sé si es lo recomendable pero quería evitar que me pusieran oxitocina o cualquier otra cosa. El dolor de mis contracciones era fuerte y largo, venían cada 3 minutos de pie pero sentada se me espaciaban. A las 6 de la tarde me volvieron a examinar y me dijeron que seguía de 2 cm. Debo decir que en ese momento estaba tan cansada y decepcionada que me dejé llevar y me tumbé. Me pusieron un tranquilizante para hacerme descansar. Estaba tranquila y ni mucho menos nerviosa ni agitada pero me ayudó a dormir ligeramente aunque seguí sintiendo muy claramente cada contracción. Sobre las 6-‐7 de la tarde me volvieron a examinar para decirme que por fin estaba de 3 cm.
Se consideraba que ya estaba de parto así que pude instalarme en la planta de parto natural con la matrona. Recuerdo contracciones muy fuertes pero también vivirlas con tranquilidad y ningún agobio por el dolor. Lo que más me ayudó fue dejar que mi cuerpo se relajase a medida que subía la intensidad de la contracción y pensar que el dolor que yo sentía era porque mi cuerpo podía con él. En ningún momento pensé que pasar de 3 a 10 cm fuera a ir rápido ya que de 2 a 3 habían sido muchas horas.
La matrona me aconsejó entrar en la bañera lo más tarde posible así que me senté en la pelota, casi a oscuras, mi marido a mis espaldas apoyándome en todo. Estábamos prácticamente solos él y yo ya que la matrona se apartaba y solo venía cuando me escuchaba quejarme. Fue un momento único que parecía difícil de disfrutar pero ahora mirando atrás creo que fue uno de los más bonitos. Estuve una hora o más y me metí en la bañera. Debo decir que me alivió bastante pero cada vez las contracciones eran mas intensas y largas. En ese momento entendí que muchas mujeres optaran por la epidural, ¡qué intensidad! De repente sentí unas ganas enormes de ir al cuarto de baño. La matrona me dijo que no me moviera y que me examinaría. Me anunció que estaba de 9 cm. Solo habían pasado 5 horas desde los 3 cm. Ahora unas ganas de empujar enormes sustituían el dolor de la contracción. Me ayudaron muchísimo dos consejos que nos dio Cristina. El primero es “gemir” con la contracción y respirar a lo “perrito”. Dos consejos que me apunto para el segundo parto. Había leído que el expulsivo era rápido pero en mi caso tardó un poco más. Estuve una hora y veinte minutos en ello ya que el cordón estaba atado al cuello y de bandolera. El niño cada vez que bajaba y se encajaba volvía a subir como un yo-yó. Me pidieron que saliera del agua. En ese momento mis contracciones se espaciaron y me pusieron un poco de oxitocina. Tras varios pujos y estar en una posición que no era la que mas me apetecía (tumbada boca arriba sujetándome las piernas) lo di todo concentrándome en solo hacer fuerza para el pujo y no en la cara o los brazos. Sentí lo que llaman el aro de fuego y lo di todo. Sentí su cabeza salir y me acordé de las palabras de Cristina “el resto del cuerpo sale como gelatina ”, y así fue. Lo primero que vi fue el culete de mi niño ya que me lo entregaron de espaldas nada más salir. Le di la vuelta en mis brazos y vi su carita por primera vez. ¡Qué momento tan indescriptible! No digo más ya que le deseo a toda mujer que lo viva por ella misma. Al cabo de 20 minutos de haber nacido se enganchó a mi pecho y ambos nos observamos con más detalle. Solo añadir que la recuperación fue maravillosa, con muy pocos puntos y nada de dolor. Fue una experiencia tan única que una semana después estaba deseando volver a quedarme embarazada! Aun ahora, cuando me despierta mi pequeño por las noches y me cuesta volver a conciliar el sueño, recuerdo el parto y vuelvo a revivirlo como el momento más intenso, especial y feliz de mi vida. Estoy deseando que llegue el siguiente… Un abrazo, animo a todas y mil gracias a Cristina y a su equipo.
PD. La foto que acompaña al texto es de una mami de Más Natural que nos ha cedido su permiso para este blog. Recuerda no usar esta foto.