Interesante pregunta, ¿verdad? Pues juega un papel profundamente importante, igual que cuando nace el bebé. Por eso es tan importante que, aunque la protagonista eres tú y el bebé que va a nacer, que no lo dejes de lado. Ellos también sienten algo increíble al saber que van a ser padres. Es más, muchos hombres, después de tener un hijo o varios con su pareja, sienten que el amor hacia ella, crece y se enraíza mucho más. Y es que, tener hijos, ya lo sabemos, es algo casi milagroso. Os compartimos este artículo que nos ha gustado muchísimo.
Hombres y mujeres llevamos ritmos distintos en el embarazo
Sin embargo, no hay que tener miedo: todos los futuros papás tienen que encontrar su lugar junto a la madre y el bebé. Mientras que la mujer lo consigue rápido y charla con su tripa desde muy pronto, él no calentará alegremente los biberones hasta que el pequeño esté ahí. Ambas cosas están bien.
Lo importante es que el padre no se aísle ni se convierta en espectador por mera comodidad, porque sabe menos de bebés o porque siente demasiado respeto por el dúo madre-hijo. Los niños necesitan un padre desde el principio.
Los expertos afirman que cuanto antes forme parte de la vida diaria del niño su padre, mejor, ya que desempeña una labor importante: descarga a su pareja y la motiva, y eso también beneficia al niño. Además, su contacto físico con el bebé es importante para que se desarrolle de forma sana.
Por tanto, es bueno que la familia forme un equipo desde el principio. Igual que en un equipo de fútbol, los padres deben tener claro desde el primer momento cuáles son sus funciones y dónde es necesaria la colaboración.
Preocúpate por ella, pero no te olvides de ti
Al principio del embarazo, muchos hombres se sienten desplazados. Esto se debe, en parte, a que en las primeras semanas del embarazo las mujeres se aíslan un pocoporque ellas mismas tienen que adaptarse al “cambio de circunstancias”. Pero eso no significa que renuncien a la ternura y la cercanía. Al contrario: desean especialmente que su pareja las mime y les prepare un pequeño desayuno o aparezca con otras sorpresas.
Pero además, los hombres también deben preocuparse de ellos mismos. ¿A quién no le da miedo pensar en sus propios padres y en los errores que quizá cometerá? Reflexionar ayuda. Y también es importante tener claro en qué tipo de padre uno no quiere convertirse.
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