El embarazo es una de las etapas de la vida de la mujer más exigente a nivel físico, por lo que debe poner especial atención en cuidar su dieta y el aporte diario de micronutrientes, ya que estos son fundamentales para el adecuado desarrollo del feto. Se recomienda incluso que el aporte de algunos nutrientes, como el ácido fólico, se vea incrementado en los meses previos a la concepción, ya que esto ayuda a evitar problemas como las malformaciones en el tubo neural del feto. Según las recomendaciones de laOMS, la ingesta energética de una madre gestante debe verse aumentada 150 Kcal durante el primer trimestre del embarazo y a 350 Kcal en el resto del periodo de gestación.
El consumo diario de frutas y verduras es una de las herramientas clave para mantener una dieta equilibrada en la que no pueden faltar tampoco alimentos como frutos secos, legumbres, carnes y pescado, para incluir un adecuado aporte proteico. La ingesta de zumo de fruta es una ayuda para que la futura madre alcance los niveles diarios recomendados. Como indica la asociación «5 al Día», una de las 5 raciones de fruta y verdura diarias puede realizarse en forma de zumo.
Anna Bach, doctora por la Universidad de Barcelona en Salud Pública Nutricional, asegura que entre las propiedades nutricionales de los zumos destaca «el aporte de una gran variedad de oligoelementos que son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo de la madre y, por tanto, del desarrollo del feto». Así, con el aporte de vitaminas como la A y la C, y de ácido fólico, calcio o magnesio, «el sistema inmunológico de la madre se ve reforzado lo que evita que pueda padecer problemas de salud que afecten al embarazo», añade.
Además, el zumo de naranja es una fuente natural de ácido fólico que, en combinación con las vitaminas B-12 y C, hace posible que el cuerpo digiera mejor las proteínas y pueda generar otras nuevas. Por ello, el sistema interno se mantiene adecuadamente suministrado con proteínas cuando bebemos zumo de naranja con regularidad. Esta cantidad, complementada con ácido fólico procedente de otras fuentes, es altamente beneficioso para el embarazo.
Entre las recomendaciones realizadas por las autoridades sanitarias se encuentra el incremento del consumo de hierro para evitar complicaciones como la anemia. Para la correcta absorción diaria de hierro entra en juego la vitamina C como parte fundamental de este proceso. Para ello, el incremento del consumo de alimentos con alto contenido en esta vitamina debe formar parte de la dieta diaria de la mujer embarazada. Un vaso de zumo de naranja aporta 60mg de vitamina C, un 65% de la ingesta diaria recomendada.